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Paolo Angeli, Steve Wilson-Bruce Barth, Lee Konitz-Dan Tepfer y Donny McCaslin en el Festival de Jazz de Barcelona
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Paolo Angeli
42 Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona
Jamboree
9 de noviembre, 2010
Como todo gran festival, el 42 Voll-Damm Festival de Jazz de Barcelona da cabida en su programación, además de a las primeras figuras internacionales del momento que pueden llenar grandes auditorios, a una extensa e interesante propuesta de conciertos que acercan a la ciudad artistas menos conocidos o proyectos que, a pesar de su calidad incontestable, todavía pasan desapercibidos para el gran público. El concierto del 9 de noviembre en el club de jazz Jamboree, a cargo de Paolo Angeli es un ejemplo de este otro festival que no por minoritario es menos interesante, sino todo lo contrario.
Al entrar en la sala la primera sorpresa era el curioso set del escenario. La guitarra sarda preparada, obra del propio músico-luthier, híbrido entre guitarra y violonchelo, con muelles de gran tamaño, cuerdas en horizontal y vertical, motores, pastillas, micros..., acompañada de unos pedales home made de madera, y todo ello conectado a un montón de samplers, efectos y pedales convencionales que llenaban la mesa situada al lado del instrumento.
La aparición de Angeli con su camiseta de rayas al estilo gondolero veneciano (que, al tratarse de un guitarrista, hace pensar inevitablemente en Pat Metheny) abrió la puerta a una hora de música y sensaciones por caminos poco explorados. Partiendo de la improvisación Angeli sacó el jugo a las múltiples sonoridades del instrumento que ampliaba con plásticos, hierros y pinzas que introducía entre las cuerdas o deslizaba por encima de ellas. Mezclando técnicas, combinando los dedos con el arco, cambiando la afinación de las cuerdas de su guitarra en medio de los temas o improvisaciones, reinventándose en todo momento, el músico de la isla italiana de Cerdeña pasó por algunos temas propios, otros tradicionales e incluso una versión de Björk, con los que atrapó a un público entregado desde el primer momento a este peculiar hombre orquesta.
El bis que cerró el primero de sus dos pases fue la perla "Corsicana." Una canción tradicional de los pescadores sardos de origen legendario, que Angeli tocó, segñun dijo, a medias entre la manera de Tom Waits y el estilo tradicional, y con guiño incluido al "Michelle" de los Beatles. Al despedirse del público, el músico insinuó que en seu segundo pase, a las 11 de la noche, ofrecería un concierto totalmente distinto, por lo que invitaba a los que se habían quedado con ganas de más a una segunda dosis de creatividad, de improvisación y de sorpresas musicales.
El solo de Paolo Angeli no es un concierto al uso, es una curiosidad única. Para muchos un descubrimiento. En cualquier caso, una propuesta original y muy interesante que atrapa, que no deja indiferente. El martes por la noche se salía del Jamboree con la sensación de haber asistido a un concierto único y especial. Si tienen la ocasión de verlo y escucharlo en directo, no se lo pierdan.
Steve Wilson-Bruce Barth Duo / Lee Konitz-Dan Tepfer Duo
42 Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona
Luz de Gas
10 de noviembre, 2010
La noche del miércoles se repartía de dos en dos: concierto doble de duos de saxo y piano. Dos maneras muy distintas de plantear la misma formación, contraste de propuestas a pesar de compartir paleta de colores. Una vez más el cartel era interesante y el público respondió a la convocatoria en el Luz de Gas.
En la primera parte, Steve Wilson y Bruce Barth presentaron su novedad discográfica Home . El pianista, viejo conocido del público catalán, demostró su habilidad haciendo la función de trío base, manteniendo el pulso y la fuerza sin renunciar a solos expresivos y contundentes. Wilson, alternando alto y soprano, hizo gala de un sonido preciosista, con matices y con un control absoluto a nivel técnico e interpretativo. Alternaron piezas propias con estándares de Cole Porter y Bud Powell, entre otros. Se creó una atmósfera de complicidad entre los músicos y el público. Al finalizar su pase, la sensación era que gran parte de los asistentes hubiera celebrado dos o tres piezas más.
En la segunda parte del concierto Lee Konitz y Dan Tepfer propusieron una versión más densa del mismo dúo. De entrada tocaron a pelo, sin amplificar, y Konitz inició su intervención con una pequeña toalla dentro de la campana del instrumento, con lo que oscureció más si cabe el sonido de su saxo alto. Buscando siempre la tensión e improvisando con un discurso oscuro y quizás un poco monótono, su propuesta rompía totalmente con el clima creado en el primer asalto de la noche. Tepfer, por su parte, hizo gala de un lenguaje contemporáneo, abierto y enérgico. Intentando llevar un poco mas allá la deconstrucción del jazz y buscando por caminos poco explorados, Konitz y su joven colaborador tensaron la cuerda hasta el punto de que algunos asistentes optaron por abandonar antes de la finalización del concierto.
Donny McCaslin Quartet
42 Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona
Luz de Gas
12 de noviembre, 2010
Donny McCaslin había visitado Barcelona en diversas ocasiones (sobre todo con la Maria Schneider Orchestra), pero el pasado viernes 12 de noviembre era la primera que lo hacía como líder, con su cuarteto y presentando su propio proyecto. Las credenciales del grupo hacían prever una noche interesante, y desde el primer momento se fueron cumpliendo las expectativas.
El concierto arrancó de manera explosiva con un tema rápido y contundente que abrió la veda al torrente inagotable de música y sensaciones que llenó Luz de Gas durante más de 90 minutos. Piezas largas, con estructuras complejas y partes diferenciadas de colores muy diversos, solos extensos que se alternan con espacios de creación colectiva y partes escritas llenas de matices. El de McCaslin es un proyecto colectivo liderado por el saxofonista, que lo impregna de su estilo y particular manera de entender el jazz, pero con espacio para el resto de componentes, que no se limitan a ser meros acompañantes de lujo y participan en todo momento de la fiesta: Antonio Sanchez, inmenso como motor rítmico y en los solos; Uri Caine, comedido acompañando y espectacular en solos e intros, y Scott Colley, pulso incontestable y solos intensos y melódicos. Una máquina engrasada que funcionó a la perfección.
McCaslin, por su parte, desborda técnica y energía. Con un fraseo intenso y lleno de matices conduce su discurso por caminos muy diversos de manera impecable. Para muestra la introducción a solo de "Be Love," que cerró el concierto del viernes, o su solo en el bis, que dejó a los presentes con ganas de una dosis mayor de tal medicina. El público despidió a los artistas en pie, aplaudiendo unos minutos, agradeciendo una gran noche de jazz con mayúsculas. Esperamos que la visita de McCaslin a la ciudad se repita pronto, y que el público que gozó del concierto, así como los que se perdieron la cita, tenga más oportunidades de disfrutar de ese gran saxofonista y sus propuestas como líder.
42 Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona
Jamboree
9 de noviembre, 2010
Como todo gran festival, el 42 Voll-Damm Festival de Jazz de Barcelona da cabida en su programación, además de a las primeras figuras internacionales del momento que pueden llenar grandes auditorios, a una extensa e interesante propuesta de conciertos que acercan a la ciudad artistas menos conocidos o proyectos que, a pesar de su calidad incontestable, todavía pasan desapercibidos para el gran público. El concierto del 9 de noviembre en el club de jazz Jamboree, a cargo de Paolo Angeli es un ejemplo de este otro festival que no por minoritario es menos interesante, sino todo lo contrario.
Al entrar en la sala la primera sorpresa era el curioso set del escenario. La guitarra sarda preparada, obra del propio músico-luthier, híbrido entre guitarra y violonchelo, con muelles de gran tamaño, cuerdas en horizontal y vertical, motores, pastillas, micros..., acompañada de unos pedales home made de madera, y todo ello conectado a un montón de samplers, efectos y pedales convencionales que llenaban la mesa situada al lado del instrumento.
La aparición de Angeli con su camiseta de rayas al estilo gondolero veneciano (que, al tratarse de un guitarrista, hace pensar inevitablemente en Pat Metheny) abrió la puerta a una hora de música y sensaciones por caminos poco explorados. Partiendo de la improvisación Angeli sacó el jugo a las múltiples sonoridades del instrumento que ampliaba con plásticos, hierros y pinzas que introducía entre las cuerdas o deslizaba por encima de ellas. Mezclando técnicas, combinando los dedos con el arco, cambiando la afinación de las cuerdas de su guitarra en medio de los temas o improvisaciones, reinventándose en todo momento, el músico de la isla italiana de Cerdeña pasó por algunos temas propios, otros tradicionales e incluso una versión de Björk, con los que atrapó a un público entregado desde el primer momento a este peculiar hombre orquesta.
El bis que cerró el primero de sus dos pases fue la perla "Corsicana." Una canción tradicional de los pescadores sardos de origen legendario, que Angeli tocó, segñun dijo, a medias entre la manera de Tom Waits y el estilo tradicional, y con guiño incluido al "Michelle" de los Beatles. Al despedirse del público, el músico insinuó que en seu segundo pase, a las 11 de la noche, ofrecería un concierto totalmente distinto, por lo que invitaba a los que se habían quedado con ganas de más a una segunda dosis de creatividad, de improvisación y de sorpresas musicales.
El solo de Paolo Angeli no es un concierto al uso, es una curiosidad única. Para muchos un descubrimiento. En cualquier caso, una propuesta original y muy interesante que atrapa, que no deja indiferente. El martes por la noche se salía del Jamboree con la sensación de haber asistido a un concierto único y especial. Si tienen la ocasión de verlo y escucharlo en directo, no se lo pierdan.
Steve Wilson-Bruce Barth Duo / Lee Konitz-Dan Tepfer Duo
42 Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona
Luz de Gas
10 de noviembre, 2010
La noche del miércoles se repartía de dos en dos: concierto doble de duos de saxo y piano. Dos maneras muy distintas de plantear la misma formación, contraste de propuestas a pesar de compartir paleta de colores. Una vez más el cartel era interesante y el público respondió a la convocatoria en el Luz de Gas.
En la primera parte, Steve Wilson y Bruce Barth presentaron su novedad discográfica Home . El pianista, viejo conocido del público catalán, demostró su habilidad haciendo la función de trío base, manteniendo el pulso y la fuerza sin renunciar a solos expresivos y contundentes. Wilson, alternando alto y soprano, hizo gala de un sonido preciosista, con matices y con un control absoluto a nivel técnico e interpretativo. Alternaron piezas propias con estándares de Cole Porter y Bud Powell, entre otros. Se creó una atmósfera de complicidad entre los músicos y el público. Al finalizar su pase, la sensación era que gran parte de los asistentes hubiera celebrado dos o tres piezas más.
En la segunda parte del concierto Lee Konitz y Dan Tepfer propusieron una versión más densa del mismo dúo. De entrada tocaron a pelo, sin amplificar, y Konitz inició su intervención con una pequeña toalla dentro de la campana del instrumento, con lo que oscureció más si cabe el sonido de su saxo alto. Buscando siempre la tensión e improvisando con un discurso oscuro y quizás un poco monótono, su propuesta rompía totalmente con el clima creado en el primer asalto de la noche. Tepfer, por su parte, hizo gala de un lenguaje contemporáneo, abierto y enérgico. Intentando llevar un poco mas allá la deconstrucción del jazz y buscando por caminos poco explorados, Konitz y su joven colaborador tensaron la cuerda hasta el punto de que algunos asistentes optaron por abandonar antes de la finalización del concierto.
Donny McCaslin Quartet
42 Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona
Luz de Gas
12 de noviembre, 2010
Donny McCaslin había visitado Barcelona en diversas ocasiones (sobre todo con la Maria Schneider Orchestra), pero el pasado viernes 12 de noviembre era la primera que lo hacía como líder, con su cuarteto y presentando su propio proyecto. Las credenciales del grupo hacían prever una noche interesante, y desde el primer momento se fueron cumpliendo las expectativas.
El concierto arrancó de manera explosiva con un tema rápido y contundente que abrió la veda al torrente inagotable de música y sensaciones que llenó Luz de Gas durante más de 90 minutos. Piezas largas, con estructuras complejas y partes diferenciadas de colores muy diversos, solos extensos que se alternan con espacios de creación colectiva y partes escritas llenas de matices. El de McCaslin es un proyecto colectivo liderado por el saxofonista, que lo impregna de su estilo y particular manera de entender el jazz, pero con espacio para el resto de componentes, que no se limitan a ser meros acompañantes de lujo y participan en todo momento de la fiesta: Antonio Sanchez, inmenso como motor rítmico y en los solos; Uri Caine, comedido acompañando y espectacular en solos e intros, y Scott Colley, pulso incontestable y solos intensos y melódicos. Una máquina engrasada que funcionó a la perfección.
McCaslin, por su parte, desborda técnica y energía. Con un fraseo intenso y lleno de matices conduce su discurso por caminos muy diversos de manera impecable. Para muestra la introducción a solo de "Be Love," que cerró el concierto del viernes, o su solo en el bis, que dejó a los presentes con ganas de una dosis mayor de tal medicina. El público despidió a los artistas en pie, aplaudiendo unos minutos, agradeciendo una gran noche de jazz con mayúsculas. Esperamos que la visita de McCaslin a la ciudad se repita pronto, y que el público que gozó del concierto, así como los que se perdieron la cita, tenga más oportunidades de disfrutar de ese gran saxofonista y sus propuestas como líder.
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