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Omar Sosa, Jimmy Cobb y Chano Domínguez, 'Kind of Blue' en el festival de Barcelona (V)

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En 2009 se celebra el 50 aniversario de Kind of Blue, un disco que para la mayoría de la gente es el símbolo del jazz. Publicado originalmente en agosto de 1959, el disco más influyente del jazz es también el más vendido, con millones de ejemplares en todo el mundo y cuatro discos de platino (4 millones de unidades) sólo en los Estados Unidos.


El 41 Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona ha celebrado el 50 aniversario de la obra maestra de Miles Davis con una serie de conciertos en los que actuaron músicos que habían tocado con el trompetista como Wayne Shorter y Jimmy Cobb, así como músicos más jóvenes como los pianistas Omar Sosa y Chano Dominguez, quienes, como la mayoría de músicos de jazz, han sido inspirados a menudo por este famoso disco, pero han añadido en este caso sus propios puntos de vista al legado de Kind of Blue. Utilizando el famoso disco de Miles como punto de partida, los tres conciertos de Cobb, Sosa y Domínguez aportaron un fascinante triángulo de aproximaciones, tres tomas muy diferentes sobre lo que han extraído de la obra de Miles mezclado con sus propios procesos creativos personales.


Si se le pide a un artista que haga un homenaje a un clásico tan destacado como Kind of Blue, las alternativas acaban limitándose a una elección entre dos opciones, y ninguna de ellas es fácil o asegura el éxito. Imitar servilmente un disco, tocándolo tal cual, de la forma más parecida posible al original, es mucho más difícil de lo que parece, especialmente cuando la banda incluye talentos como Bill Evans y John Coltrane. Este acercamiento también implica que tus esfuerzos serán comparados con el original y, en la mayoría de los casos, saldrás perdiendo.


La otra opción es alejarse al máximo de la versión original, haciendo que un material familiar sea prácticamente irreconocible, pero eso significa que los seguidores del original, que esperan escuchar algo reconocible, se distanciarán de él. O, aun peor, algunos incluso pueden llegar a pensar que ese acercamiento ridiculiza o insulta al original. Así pues, ambas opciones poseen potenciales trampas letales y cuanto más importante sea el disco original, más grandes son los peligros. Todo esto hizo que los tres conciertos sobre Kind of Blue en el Festival Internacional de Jazz de Barcelona fueran un experimento tan absolutamente provocativo.





Omar Sosa Sextet, The Afrocuban Side of 'Kind of Blue'
41 Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona
Auditori de Barcelona (Sala 2)
6 de noviembre, 2009



El viernes 6 de noviembre, el pianista cubano Omar Sosa y su sexteto, con el trompetista Jerry Gonzalez como invitado especial, eligieron la segunda opción, llevando la música de Kind of Blue al espacio sideral. Sumido en los ritmos y gestos afrocubanos, su actuación fue música para músicos. Sosa es un pianista/compositor/arreglista inventivo y flexible que, vestido completamente de blanco —sin mencionar uno de los peinados más originales del mundo—, también es un inspirador líder sobre el escenario y tuvo una gran compenetración con la audiencia, mezclando los elementos africanos, americanos y de jazz latino con la electrónica e incluso el funk. Dado que vive actualmente en Barcelona, la versión de Sosa de Kind of Blue, encargada por el festival, era muy esperada y estuvo llena de momentos prometedores pero, al final, quizá fue demasiado esotérica para algunos.



Para aquellos que buscaban referencias claras a Kind of Blue, lo más obvio fueron los ocho primeros compases de la primera pieza del disco, "So What," que se tocaron varias veces y parecían flotar en muchas de las composiciones originales de Sosa. Rítmicamente intensa, lo que la volvió demasiado percusivamente agresiva en ocasiones, la música original de Sosa, cuyos títulos evocan directamente los originales —"Soo W" y "So All Freedy," por ejemplo—, fue demasiado compacta y abigarrada, y sonaba más como el disco de Miles de 1986 Tutu que como algo inspirado por Kind of Blue. En algunos momentos dominaron lo efectos electrónicos y los riffs de teclado eléctrico, a pesar de que su banda, mayoritariamente cubana, en concreto el batería Dafnis Prieto (conocido por algunos como el "Billy Cobham cubano"), no pudo evitar caer en contagiosos ritmos latinos en algunos momentos del concierto.



El trompetista del Bronx Jerry Gonzalez, que vive actualmente en Madrid, tocó con el famoso muted tone de Miles a lo largo de la velada y a pesar de que añadió acentos inventivos e hizo algunos largos solos muy decentes, no estuvo lo suficientemente fuerte para sacar adelante su parte. Un instrumento poco habitual hizo una grata aparición cuando el saxofonista americano Peter Apfelbaum tocó lo que parecía una musette pero, en realidad, era un clarosax, un instrumento hecho en los años 20 para que los niños aprendieran a tocar el saxofón.



Tal vez la mejor parte fue la astuta y efectiva utilización que hizo Sosa de ciertas muestras de la voz exquisitamente fría de Miles, un sonido tan diferente que una vez lo escuchas no lo olvidas jamás. Al final, a pesar de estar llena de momentos vertiginosos y de muchos toques imaginativos, la variación que hizo Sosa de Kind of Blue no acababa de convencer, en ocasiones encontrando su voz, otras veces perdiéndose y sin un enfoque claro, vibración cacofónica; que rara vez fue menos que intrigante.



Jimmy Cobb's So What Band, 'Kind of Blue' @ 50
41 Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona
Palau de la Música
7 de noviembre, 2009



Si Omar Sosa representaba una variación "externa" de la amplia influencia de Kind of Blue, la banda de Jimmy Cobb, So What's Band, tomaba la dirección opuesta, tratando de tocar toda la música de la forma más fiel al original que fuera posible. Pero ante la elección entre los imaginativos vuelos alienígenas de Sosa y las descafeinadas imitaciones de Cobb, uno se decide claramente por Sosa. Aunque, insisto, cualquier músico al que se le encargara hacer un tributo o resumir sus sentimientos hacia Kind of Blue —lo que Kind of Blue significa para él— tendría una tarea monstruosa que intimidaría a cualquier hombre y músico menor. Por ello tienen tanto mérito estas tres propuestas del festival.





Como el último superviviente de la banda original que grabó Kind of Blue con Davis en 1959, Jimmy Cobb posee la autoridad intelectual y emocional para hacer lo que quiera respecto al legado del disco. Lamentablemente, eligió tocar fielmente Kind of Blue, y para tocar de nuevo el disco se rodeó de una banda de gran talento que mezclaba veteranos como el contrabajista Buster Williams —que había tocado con Miles Davis— y algunos jóvenes incondicionales de la escena jazzística de Nueva York como el saxofonista Javon Jackson. Larry Willis estuvo a cargo del piano y otro neoyorquino bien conocido, Vincent Herring, tocó el saxo alto. En la trompeta, instrumento clave, estaba Wallace Roney, que estudió este instrumento con Miles, y tiene la fama de haber sido su único alumno, aun a pesar de que es difícil imaginar a Miles siendo un mentor bien dispuesto. Como otra credencial de peso, Roney también tocó con Davis antes de la muerte del maestro en 1991. Etiquetado por ello a lo largo de toda su carrera como un imitador de Miles, Roney hizo un buen trabajo como parte de la banda de Cobb, evocando el espíritu de Miles en sus solos mientras el grupo tocaba las piezas del disco en su orden original. Enfrentado a la ingrata e imposible tarea de tocar las partes de John Coltrane —aunque, para ser sinceros, nadie de esta banda lo tuvo fácil— Jackson caminó hábilmente por la cuerda floja, tocando en su propio estilo y utilizando sus ideas al tiempo que recuperaba el sabor y el legado de Coltrane para dar al repertorio la necesaria autenticidad.



Escuchar esta música en directo fue divertido —Miles nunca salió de gira con la banda de Kind of Blue tras grabar el disco—, a pesar de que los esfuerzos de Cobb fueron fieles, pero asimismo cansinos. Tal vez la culpa la tenga su edad, pero la actuación no tuvo una gran energía y sólo unas pocas huellas del brillo que hizo tan atractivo al original. El hecho de que los músicos no sonrieran ni por asomo y estuvieran como petrificados durante toda la actuación, y de que Cobb no hablara y ni siquiera saludara a la visiblemente expectante audiencia, no hizo más que aminorar el impacto de un espectáculo que estuvo bien tocado pero que recorrió sin mayor inspiración un clásico incontestable del jazz.



Chano Domínguez Quinteto Flamenco, El duende de 'Kind of Blue'
41 Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona
Auditori de Barcelona (Sala 2)
12 de noviembre, 2009



Por suerte, el homenaje del festival de jazz de Barcelona a Kind of Blue evolucionó para conseguir un gran éxito de la mano de Chano Domínguez, que eligió el camino intermedio entre la imitación y el furor. Combinando la herencia flamenca de su ciudad de origen, Cádiz, con su propia técnica tan personal al piano y el talento de su banda habitual, que tocó tremendamente bien como conjunto, la variación de Kind of Blue sin trompeta ni saxos ejecutada por Domínguez fue tan efervescente y brillante que provocó estallidos de alegría en una enérgica audiencia que le pidió tres bises, para terminar los cuales, sabiamente, eligió Chano una balada, su emotiva "A mi padre" (si no, todavía estaría sobre el escenario en Barcelona). En conjunto, sus composiciones basadas en melodías de Kind of Blue combinaban inventiva, aunque no tan salvaje como la de Sosa, con pasajes copiados directamente de los originales, aunque no suficientemente largos como para ser imitaciones ni con los mismos arreglos o instrumentación que en la versión original.





Los toques originales que añadió fueron geniales. En "Blue In Green" se añadieron lí­neas vocales del cantaor Blas Córdoba, utilizando un poema de Rafael Alberti. Chano citó al compositor catalán Frederic Mompou en "Freddie Freeloader." "All Blues" se convirtió en un estallido de palmas. "So What" empezó con el bajo de Mario Rossy como en el original, pero luego el piano de Chano, con varias citas de Coltrane, se deslizó expertamente, absorbiendo los famosos acordes de contrapunto tocados por Miles y Trane. Los ritmos fueron recorridos ágil y uniformemente, siendo cada tema marcado más en corto que en el original. El percusionista de firme inventiva Israel Suárez, Piraña, que tocó sólo con las manos tambor, platillos y cajón, dirigió los ritmos mientras el bailaor Tomasito añadía un elemento visual sorprendentemente orgánico y entusiasta al homenaje de Chano a Kind of Blue. Tanto si movía las caderas como si taloneaba con los pies, haciendo un poco de baile de robot o incluso imitando el movimiento del trote de un caballo, el sonriente y vigoroso Tomasito parecía estar integrado en la música, todo un logro si consideramos que Kind of Blue está considerado la personificación de lo frío, justo lo opuesto del fogoso flamenco.



En el último bis, la energía y felicidad que evocó el glorioso trabajo de Chano eran irresistibles y una audiencia extasiada le hizo saber cómo se sentía. Tan sofisticado como accesible, vivo y a la vez profundo, musical en la forma justa, el savoir faire musical de Chano consiguió el perfecto equilibrio y el más significativo tributo al genio de Miles Davis, al que estos cincuenta años sólo han conseguido que sea aún más brillante y resonante.



Y recuerden: El duende de 'Kind of Blue' no termina ahí, pues viaja a Nueva York del 3 al 6 de diciembre del 2009, a la sala Jazz Standard, como espectacular clausura del 41 Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona.



Fotografías: Ricard Cugat

Traducción castellana: Elena Almirall


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