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43 Voll-Damm Festival de Jazz de Barcelona: Marcin Wasilewski Trio, Alfredo Rodríguez solo piano y Tigran Hamasyan Trio

43 Voll-Damm Festival de Jazz de Barcelona: Marcin Wasilewski Trio, Alfredo Rodríguez solo piano y Tigran Hamasyan Trio
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Marcin Wasilewski Trio
43 Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona
Luz de Gas
15 de noviembre de 2011

Uno de los tesoros en la completa programación de la 43 edición del Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona ha sido sin duda el ciclo Pianos, que protagonizaban seis artistas de primer nivel con sus propuestas pianísticas, principalmente tríos, combinando descubrimientos y estrenos con confirmaciones avaladas por anteriores visitas, giras internacionales, grabaciones y buenas críticas en los medios especializados.

A pesar de la juventud de sus integrantes, el trío de Marcin Wasilewski (inicialmente Simple Acustic Trio) es una formación estable desde principios de la década de los 90, cuando, aún adolescentes, ya destacaban en concursos y conciertos por el norte de Europa. Casi 20 años después, con un sólido recorrido a sus espaldas y con la guinda de su espléndido último trabajo discográfico, Faithful (ECM, 2011), se puede afirmar que este trío liderado por el pianista polaco es una de las formaciones europeas con mayor proyección.

El concierto comenzó con una obra del compositor y filósofo austriaco/alemán Hanns Eisler "An Den Kleinen Radioapparat" (escrita en 1942), pieza que abrió el paseo ecléctico y reflexivo por pasajes de Tommy Wolf y Landesmann Fran, Paul Bley, Ornette Coleman y el propio Wasilewski, todos ellos incluidos en Faithful.

Wasilewski y sus acompañantes, el contrabajista Slawomir Kurkiewicz y el batería Michal Miskiewiscz, dejaron claro que desde la sensibilidad se puede construir un discurso intenso, en el que el riesgo no está en la pirueta o la demostración técnica, sino en la tensión que generan los espacios y en las texturas y amplios ambientes. A partir de estos elementos los tres músicos construyen, desde la complicidad, un discurso sonoro que atrapa, que podría ser la banda sonora de un viaje interior, de una reflexión o incluso de un sueño.



Cabe destacar que, arropando el arte de los músicos, el fabuloso gran cola Fazioli y la buena sonorización del trío en la sala Luz de Gas se convirtieron en cómplices ideales para la velada. Hay que agradecer desde aquí al festival y a los patrocinadores el lujo de poder contar con tan preciso y nítido instrumento para muchos de los conciertos de esta edición. Un sonido envolvente y compensado permitió que la música del trío llegara en muy buenas condiciones hasta el público congregado en Luz de Gas y se percibieran perfectamente todos los detalles y matices tan importantes en una propuesta de estas características.

Terminaron el concierto con la composición del propio Wasilewski "Night Train to you," Una obra in crescendo que llegó hasta el cenit de intensidad del trío para, en el último tramo, ir frenando las máquinas hasta detenerse en la estación final del viaje y, en este caso, del concierto. No hubo grandes despliegues de decibelios ni explosiones como las que encontramos y disfrutamos en otras propuestas, pero lo realmente mágico de su música es todo lo que pasa y cuentan en la infinita gama de colores y grises que son capaces de pintar y combinar entre su máxima intensidad y el silencio.

El concierto, como el disco y sus colaboraciones con Tomasz Stańko, confirmó al trío como uno de los representantes del viejo continente en la elite del jazz. No hubo sorpresas ni sobresaltos, pero sí grandes dosis de emoción tranquila. Fue la noche de la melodía calmada, de la perfección, de los matices y la sensibilidad. Un concierto pausado y reflexivo ideal para un martes lluvioso de noviembre en Barcelona.

Alfredo Rodríguez piano solo

43 Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona

Mandarin Oriental Hotel

17 de noviembre de 2011

Dos días antes de su concierto a trío en el Luz de Gas (incluido asimismo dentro del ciclo Pianos), el pianista cubano Alfredo Rodriguez puso la guinda a una noche especial y exclusiva en el Mandarin Oriental Hotel que reunió a un centenar de personas combinando cocina y música de altísimo nivel en un lujoso espacio en pleno paseo de Gràcia barcelonés.

Después de la exquisita cena-cóctel, preparada por el equipo de los célebres cocineros Carme Ruscalleda y Raül Balam (véase el piano comestible creado para la ocasión en la foto que encabeza este artículo), el Blanc Bar del hotel acogió a los comensales en un espacio especialmente condicionado para una propuesta de tal nivel. Una tarima baja rodeada de un centenar de sillas y unos cómodos sofás, una iluminación suave y un piano Fazioli de tres cuartos —sin tapa— presidiendo: todo estaba perfectamente preparado para inundar esta nueva sala de música de calidad en formato acústico tras la cena.

En su primera actuación en Barcelona, Rodríguez comenzó el concierto con el ostinato de una sola nota, sobre la que fue construyendo su primera intervención. Mostró así, ya de entrada, que tiene muchas cosas que contar y un montón de argumentos para hacerlo. Con una técnica impresionante presentó argumentos que avalan los elogios y el apadrinamiento de Quincy Jones y la buena acogida de su música a medida que se va dando a conocer en distintos puntos del planeta. Velocidad, articulación, independencia de manos, energía, contundencia, sensibilidad..., pero por encima de todo muchas ideas, arreglos ricos y sorprendentes que combinan estilos y recursos muy diversos, que pasan del lenguaje contemporáneo al tumbao, del gran despliegue orquestal con melodías cruzadas y voicings imposibles a los pasajes sensibles y minimalistas, sin perder en ningún momento el discurso y la musicalidad.



El repertorio alternó material propio con arreglos muy personales de boleros y estándares americanos como "Quizás, quizás, quizás," "Bare Necessities" y "Veinte años," para terminar la velada con un bis en el que ofreció su muy particular interpretación del bolero de Beny More "Cómo fue." Ver a Rodríguez tocar el piano evidencia que se trata de un fenómeno al que se debe seguir de cerca, y desde luego convence que es muy recomendable estar atentos a las historias que quiera contar en el futuro el joven pianista cubano.

Aunque el ambiente durante el concierto resultó un poco frío —comparado con el de un club de jazz—, la fórmula cena-cóctel-concierto promete veladas interesantes, sobre todo si se llevan a cabo con la exquisitez ofrecida por todo el equipo del Mandarin Oriental. La sala, acogedora y con un sonido natural y agradable, se mostró idónea para repetir experiencia en próximas ediciones. Una noche, en resumen, idónea para la explosión de todos los sentidos.

Tigran Hamasyan Trio

43 Voll-Damm Festival Internacional de Jazz de Barcelona

Luz de Gas

22 de noviembre de 2011

Encarando su recta final, el festival presentó el primer concierto en España como líder del sorprendente y joven pianista de origen armenio Tigran Hamasyan. La expectativa era grande porque sus grabaciones y las referencias hacían prever una noche especial, y siempre es un lujo poder conocer en directo nuevas propuestas con tanta personalidad y proyección.

El concierto pivotó principalmente en el material de su último disco a piano solo, A Fable (Universal, 2011), adaptado para la gira a la formación de trío. Acompañado por Sam Minaie al bajo eléctrico (que cambió por el contrabajo en la primera pieza de la noche y en el bis final) y Nate Wood a la batería, Tigran —él prefiere usar sólo su nombre, sin el apellido— mostró en Barcelona su cara más roquera y enérgica.

Los temas de "A fable" (una fábula) están inspirados en música tradicional armenia, poesía, cuentos populares y fábulas medievales. Pequeñas historias con mensajes vitales para construir un discurso musical sólido y a la vez misterioso. Combinando composiciones propias con adaptaciones de música coral o estándares como "Someday My Prince Will Come," el pianista propuso un universo fresco y atractivo que conectó con el público desde la primera nota.



Con "The Spinners" y "What the waves brought" el trío mostró su lado más roquero, con Tigran tocando el piano de pie, marcando el ritmo con todo el cuerpo y cantando. En algunos momentos recordaba a EST (el trío liderado por el fallecido Esbjorn Svensson) o los ritmos ternarios y melódicos del trío del contrabajista Avishai Cohen, pero siempre desde su óptica, con el filtro personal de un músico que bebe de fuentes muy dispares para construir un discurso muy personal. Técnicamente impecable, con grandes contrastes dentro de un mismo tema, cortes repentinos sin perder en ningún momento la tensión del discurso, lleno de mordentes y melodías vertiginosas.

Para terminar, después de más de una hora de concierto, Tigran se marcó un solo de beatbox espectacular introduciendo "Homesik" (New Era, Plus Loin Music, 2007), pero el público pedía más y los músicos cerraron el concierto con un bis más bluesy que puso fin a una noche que dejó muy buen sabor entre los aficionados que despidieron al grupo en pie con una gran ovación. No hay duda: la relación entre Tigran y Barcelona comenzó con un enamoramiento mutuo, y ya hay ansiedad para la próxima cita.

Fotografías: Michael Weintrob

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