Iván 'Melón' Lewis Quintet: Travesía

Como Kenny Kirkland, al que está dedicada la excelente "Big Kenny," una de las piezas de Travesía, Iván Melón Lewis se ha tomado su tiempo para presentar su primer disco como líder. Nacido en La Habana, y residente en Madrid desde 1998, ha sido durante años subalterno de lujo y, también como el malogrado pianista de Brooklyn, cuyo nombre está indisociablemente unido al de Sting, acompañante de artistas solo tangencialmente vinculados al mundo del jazz, en particular la fenomenal Concha Buika, a cuya creciente fama ha contribuido de manera no desdeñable el efervescente piano de Melón.

El debut discográfico como líder de Iván González Lewis, Melón se produce en las mejores condiciones: bajo la dirección de uno de los productores más inquietos y prestigiosos de España, Javier Limón, apoyado por cuatro excelentes músicos cubanos, entre los que figuran los saxofonistas Román Filiú y Ariel Brínguez, alumnos como el propio Melón de ese semillero de talento que es el Instituto Superior de Arte de La Habana, y con tres invitadas de lujo, las plurales vocalistas Sandra Carrasco, la portuguesa Mariza y la ya citada Buika.

Grabado en los estudios CATA de Madrid en riguroso directo y con público, Travesía viene, como es habitual en los productos de Casa Limón, muy bien empaquetado, con un atractivo diseño y acompañado de un DVD en el que se recogen las trece piezas de las que constó el concierto, de las que sólo ocho aparecen en el disco.

Travesía quiere ser, según declara Melón, un muestrario de lo que ha sido su rica trayectoria profesional hasta la fecha. Realmente, la variedad de esa trayectoria se ve reflejada de tal manera que Travesía es mucho más que un disco de música afrocubana o de latin-jazz. En las ocho composiciones del CD, siete de ellas debidas a la pluma del propio Melón, y en las cinco adicionales del DVD encontramos los ritmos tradicionales cubanos, por supuesto, pero también el blues, el jazz moderno post-bop más riguroso, la canción española y hasta el fado. Lo que, hay que advertirlo, no convierte a Travesía en un batiburrillo incoherente; por el contrario, es un disco dotado de gran cohesión, lo que dice mucho del rigor de Melón, artista con estilo propio y perfectamente reconocible toque lo que toque.

En las composiciones más latinas, "Notas de La Habana," "El Negro también" o "Movimiento," Iván Lewis demuestra que está por derecho propio en la exigentísima primera división del pianismo afrocubano, desplegando la efusión, el calor y hasta los fuegos de artificio que son las señas de identidad de esa música, pero con sobriedad y contención y sin alardes efectistas. En las piezas más en la onda jazz moderno, como "Tendencias" o "Big Kenny," la fenomenal solvencia técnica de Melón y de sus acompañantes está al servicio de una inventiva inagotable y de un swing desbordante. Las baladas "Annechu," que se beneficia de un soberbio solo à la Ben Webster de Brínguez, y "Caja De Música," en las que algunos oídos podrían escuchar ecos del cuarteto europeo de Keith Jarrett (Belonging, ECM 1974), confirman que Melón es un pianista lírico de primera magnitud. Finalmente, la interpretación al piano solo de "La Tarde" debe figurar desde ahora en el canon de las versiones ejemplares del clásico de Sindo Garay.

Las piezas en las que al quinteto se suman las cantantes invitadas quedan confinadas al DVD y constituyen un atractivo bonus que sirve además para acreditar la versatilidad y solvencia como acompañante de Melón. Particular atención merece "Hermana mía," en la que la joven cantaora Sandra Carrasco lleva al paroxismo la ópera flamenca, de la que fuera maestro el gran Manolo Caracol, con el apoyo enfebrecido del pianista, de Filiú y de la sección rítmica, quienes desatan un vendaval que recuerda al que McCoy Tyner, John Coltrane y compañía desencadenan en el españolísimo número "Olé" (Olé Coltrane, Impulse, 1961).

Travesía es el primer volumen de la nueva Serie Negra de Javier Limón, dedicada al jazz y al latin-jazz. El listón queda muy alto para las siguientes entregas.

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